Se diferencia por producir sus vinos de la forma clásica, despalillando y fermentándolos en depósitos de hormigón, una técnica diferente a la tendencia utilizada durante los últimos 15 años, que se basa en la fermentación carbónica.
Sus vinos son más longevos y hay una clara tendencia hacia esta vuelta, como en el caso de Mee Godardy Clos de La Roillete.